Si, pobre viejecita, ya ninguno te escucha!
Los fastidias a todos con tu buena memoria.
Tu lentitud es grande; su frivolidad, mucha...
Y te huyen porque siempre narras la misma historia.
Pero yo soy paciente, y sentado a tu puerta, escucharé.
No temas; puedes hablar tranquila,
mientras menea el viento las ramas de la huerta y se muere a lo lejos un crepúsculo lila.
Déjalos que se vallan, en su atolondramiento, a decir ellos y ellas, palabras mentirosas, y cuéntame abuelita tu mismo viejo cuento, al compás de tus manos largas y sarmentosas.
AMADO NERVO
La sinceridad de una mirada
No hay una mirada mas pura y mas sincera que la de un niño
Si, pobre viejecita.
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YO MERO
- Luis Enrique Alvarado
- Quisiera decir que soy un INUTIL, pero aun no llego a ser siervo INUTIL, aun estoy en proceso.
1 comentarios:
Hermoso poema, con total vigencia, en cuanto reafirma la necesidad de amar y respetar a los viejecitos.¡
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